Carroñeros y descomponedores

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El concepto de «economía circular» está de moda. Se habla de reciclar y reutilizar todo tipo de materiales para reducir el consumo y, por consiguiente, la «huella de carbono» y también obtener otros beneficios para nuestro medio ambiente. Pero este concepto ya fue inventado por la Madre Naturaleza hace cientos de millones de años. Los animales carroñeros y los seres descomponedores realizan todo el reciclaje de la materia orgánica en la naturaleza, puesto que allí no se desperdicia absolutamente nada. Bienvenidos, humanos, a la economía circular aunque un poco tarde. ¿Quieres conocer la importantísima labor que hacen estos animales?

Buitres y chacales disputándose una carroña (Adam Kane)
¿Quiénes son los carroñeros? ¿qué hacen?
 
En sentido amplio, puedo definirte como «carroñero», como cualquier animal que se alimenta total o parcialmente de materia orgánica muerta. Es importante que entiendas que esa material orgánica ha muerto por causas naturales o bien se trata de restos de un animal que ha sido depredado por otro. Esta materia orgánica se llama carroña.
 
Tienes que tener claro esto. Si un león caza una gacela y se la come, eso no es carroñeo, es un acto de depredación. Pero los buitres o los chacales que devorarán los restos de la gacela sí estarán haciendo carroñeo. Es decir, el animal carroñero no ha matado previamente al animal, sino que aprovecha un animal que ha muerto por enfermedad, por accidente, por atropello…o depredado por otro animal. ¿Lo ves?. Bien, ahora voy a hablarte de qué animales se alimentan de carroña.
 
Lo primero que tienes que saber es que hay dos tipos de animales carroñeros: 
 
– Los carroñeros obligados son aquellos que sólo se alimentan de carroña
– Los carroñeros facultativos son aquellos que se alimentan de carroña en parte o como complemento de otra dieta.

Algunos ejemplos de animales carroñeros
Hay muy poquitos carroñeros obligados. La mayoría de ellos son facultativos porque en la Naturaleza existe una dificultad de encontrar suficiente carroña a menos que se gaste demasiada energía. En otras palabras, no hay tanta carroña en el medio natural como para sostener ecológicamente a muchas especies animales. El consumo de energía es un factor importantísimo en el Reino Animal, y no se puede despilfarrar. La carroña no es fácil de encontrar si hablamos de carroña silvestre. Más adelante te hablaré de la carroña doméstica, que tiene otras implicaciones.
 
Los principales carroñeros obligados, que además son los más conocidos y abundantes, son los buitres. Hay dos familias de buitres: los Catártidos, o buitres del Nuevo Mundo (de los que te hablé en esta Crónica) y los buitres del Viejo Mundo (familia Accipitridae). Los buitres del Viejo Mundo son un conjunto de 16 especies en 9 géneros, de las cuales cuatro se encuentran en la Península Ibérica, que es el lugar de Europa más abundante en buitres: el buitre leonado ( Gyps fulvus), el buitre negro ( Aegypius monachus), el quebrantahuesos ( Gypaetus barbatus), que es el único buitre que se alimenta de huesos, y el alimoche ( Neophron percnopterus).
 
Uno de estos buitres sería un carroñero facultativo: el buitre palmero ( Gypohierax angolensis), un buitre africano que se alimenta mayormente de los frutos de la palma aceitera, y en un segundo término de cangrejos, moluscos, peces y otros pequeños vertebrados.

Los buitres son los carroñeros más perfectos
Los buitres localizan las carroñas desde el aire. Su vista es excelente y muchas veces se ayudan para encontrar las carroñas de la presencia de otras aves como los córvidos, que suelen ser los primeros en acudir a una carroña. Su plumaje negro lustroso provoca reflejos de los rayos del sol que llaman la atención de los buitres. Ellos abren los cadáveres introduciendo su calva cabeza por el ano y continúan por el vientre. Así, los córvidos y otros animales pueden también acceder al alimento. Precisamente su cabeza y cuello desprovistos de plumas constituyen una adaptación para que no se acumule suciedad y organismos patógenos en su plumaje.
 
Pero no es la única adaptación que los buitres ofrecen a la carroña. Son capaces de consumir carne que sería tóxica para otros animales, ya que en la carne en descomposición se acumulan microorganismos como el ántrax y bacterias como Clostridia o las Fusobacterias. El secreto se encuentra en el microbioma bacteriano del sistema digestivo de los buitres, que se encarga de procesar esta carne en descomposición.

Prácticamente todos los animales omnívoros y carnívoros consumen carroña alguna vez

Para conocer otros carroñeros obligados, o estrictos, debemos irnos hacia los invertebrados, entre los cuales hay grandes carroñeros como el escarabajo enterrador (género Nicrophorus), de la familia Silphidae, llamados así por su costumbre de «enterrar» las carroñas mediante la excavación de agujeros debajo de ella, y preservarla así de otros carroñeros. Tienen la particularidad de que «tratan» la carroña con unas secreciones antibacteriana y antifúngica provenientes de glándulas orales y anales, deteniendo así el proceso de putrefacción de la materia.

Tenemos también a las famosas «moscardas de la carne» o «moscas azules», que todos hemos visto alguna vez en el campo dándose un festín a base de algún animal muerto. Estas moscas pertenecen a la familia Calliphoridae, con nada menos que 1.200 especies por todo el mundo. Se caracterizan por sus colores metalizados: verde, azul o negro. Tanto estas moscas como los escarabajos anteriormente mencionados usan la carroña de dos maneras: en primer lugar para la alimentación de los adultos, y en segundo lugar con alimentación para sus larvas mediante la puesta de huevos en la misma carroña para que cuando salgan las larvas, puedan comer inmediatamente.

La mosca azul es otro carroñero obligado

En relación a los carroñeros facultativos, en realidad todos los animales pueden carroñear en mayor o menor medida a lo largo de su vida, ¡incluso los herbívoros!, por eso sólo voy a indicarte aquí algunos de esos carroñeros facultativos en los que la carroña es su alimento principal o, al menos, una parte significativa de su dieta.

El más conocido de esos carroñeros facultativos es la hiena. De entre las cuatro especies de hiena (manchada, rayada, marrón y el lobo de tierra), sólo la última no es carroñera al estar especializada en el consumo de termitas. Las otras tres especies están muy preparadas para carroñear, especialmente dotadas de una dentadura formidable, y un tren anterior modificado para asestar una poderosa mordida capaz de triturar los huesos, que también ingieren. No obstante, las hienas son excelentes y letales cazadoras cuando tienen que hacerlo.

Los cánidos cuentan también con interesantes carroñeros facultativos, como el coyote ( Canis aureus), el zorro rojo ( Vulpes culpes), el chacal rayado ( Canis adustus) o el chacal de lomo negro ( Canis mesomelas).

Entre las Aves, aparte de los buitres, los Córvidos son excelentes carroñeros facultativos. Y, en lugares como Australia donde no hay buitres, el papel de carroñeros lo hacen aves como el milano silbador ( Haliastur sphenurus), el águila audaz ( Aquila audax), el milano negro ( Milvus migrans) o el cuervo australiano ( Corvus coronoides). Incluso super-depredadores como el lobo ( Canis lupus), el dragón de Komodo ( Varanus komodoensis)  o el águila real ( Aquila chrysaetos) no van a desdeñar una carroña si se topan con ella. El águila real, por ejemplo, se ha estudiado que en Escocia, carroñea cadáveres de ovejas con más frecuencia que el zorro rojo.

Todavía tenemos mucho que aprender sobre los carroñeros facultativos. En un estudio sobre carroñeros realizado en el Parque Nacional del Bosque Bávaro (Alemania), arrojó un resultado sorprendente: el lince boreal ( Lynx lynx) resultó ser el principal vertebrado consumidor de carroña, por encima del zorro rojo, el cuervo o el jabalí. En ese mismo estudio se averiguó que, en verano, los invertebrados superaban a los vertebrados en el consumo de carroñas, haciendo desaparecer los cadáveres en un periodo medio de 10 días.

 
Hiena carroñeando

Los jabalíes, por su parte, siendo omnívoros perfectos, se han convertido en España en los principales carroñeros de carcasas dejadas por los cazadores, lo que es uno de los varios factores que influyen en la super-abundancia de la población de jabalíes en nuestra Península. Entre los Insectos, hormigas y avispas pueden incluir carroña en su dieta.

También hay carroñeros en la fauna marina, si bien todos son facultativos. Los principales carroñeros de los mares y los océanos son los cangrejos, los erizos de mar y los tiburones. Los pulpos también pueden carroñear.

Importancia ecológica de los carroñeros

El papel de los carroñeros es absolutamente imprescindible y beneficioso tanto para el Medio Ambiente como para el ser humano. Voy a examinar aquí los beneficios más importantes que proporcionan.

En primer lugar, existe una función sanitaria. Cuando un cadáver comienza el proceso de descomposición, multitud de microorganismos patógenos lo colonizan. Al hacer desaparecer la carroña, se corta la posibilidad de transmisión de enfermedades y/o contaminación de acuíferos y de cuerpos de agua. Un cadáver animal reúne a diversos tipos de animales que comen de él, a veces concurrentemente. Se ha demostrado que enfermedades como la rabia pueden transmitirse también al comer de la carroña de un animal afectado por la rabia.

En segundo lugar, existe una función trófica. Cuando estudiamos la cadena alimentaria de un ecosistema dado normalmente tenemos sólo en cuenta la clásica división entre «productores», «consumidores primarios» y «consumidores secundarios», asumiendo que existen entre ellos únicamente relaciones de depredador/presa. Sin embargo, el consumo de carroña introduce un equilibro, modulación o matización de dicha cadena trófica, aspecto que ha sido mal estudiado y que ahora se empieza a valorar. ¿Qué quiero decir con esto?

Los carroñeros estabilizan y articulan mejor la cadena alimentaria

Verás. Como te he explicado antes, prácticamente todos los animales consumen carroña en mayor o menor medida, con mayor o menor frecuencia. El león es un super-depredador, pero cuando el león devora una carroña, en ese momento deja de depredar una presa. Es decir, se alivia la presión sobre las presas al hacer que no sean el único canal de alimentación de los depredadores. Por su parte, los carroñeros facultativos mantienen la energía acumulada en las carroñas dentro del ciclo biológico, haciendo las redes tróficas más reticuladas.

En tercer lugar, y sobre todo de cara a los intereses humanos, los carroñeros proporcionan lo que se ha llamado servicios ecosistémicos. Lo entenderás mejor con un ejemplo. En España, tradicionalmente los buitres se han alimentado de los cadáveres de ganado doméstico que los ganaderos dejaban en el campo para ellos (evitándoles el tener que eliminarlos ellos mismos, lo que constituye un coste económico). Pero en 2002, tras la crisis de la encefalopatía espongiforme bovina, la Unión Europea prohíbe el abandono de los cadáveres en el campo obligando a su eliminación expresa.

Algunas contribuciones de los carroñeros al bienestar humano

Por consiguiente, ahora había que recoger los cadáveres uno a uno y transportarlos a plantas especializadas para su destrucción. Y esto introdujo una «huella de carbono» que antes no existía: las emisiones provenientes del transporte de los cadáveres, y el de la propia actividad de su destrucción. Este efecto ha sido calculado en España: se ha llegado a la conclusión de que los buitres nos ahorraban la emisión de 77.344 toneladas de dióxido de carbono (CO2) al año. Y eso, sin contar además los costes económicos asociados a toda esta actividad, que se ha calculado en 40 millones de euros al año. Todo eso nos lo ahorran los buitres.

Ante semejante evidencia, finalmente la Unión Europea se vio obligada a suavizar la norma en 2011, autorizando el abandono de cadáveres pero sólo en áreas autorizadas llamadas «zonas de protección para la alimentación de aves necrófagas de interés comunitario». En estos momentos todavía esto no ha sido implementado en todas las Comunidades Autónomas.

Es imprescindible recuperar los muladares para buitres

Finalmente, los carroñeros estrictos, y los facultativos más «carroñeros» realizan también un control de especies «indeseadas». Como es sabido, los Súper-depredadores controlan y regulan la población de los mesocarnívoros. O sea, donde hay lobos hay menos coyotes por ejemplo. Pero los carroñeros también regulan a su manera. Un ejemplo muy claro es la llamada «Crisis de los buitres» en India.

En el subcontinente indio existen tres especies de buitres: el buitre dorsiblanco bengalí ( Gyps bengalensis), el buitre indio ( G. indicus) y el buitre picofino ( G. tenuirostris). Otras dos especies (el buitre leonado y el buitre del Himalaya) tienen una presencia en India más marginal. Estas tres especies han disminuido su población de forma aterradora: entre el 97 y el 99%, llevando a su casi exterminio. La causa fue una droga usada como antiinflamatorio veterinario: el diclofenaco, usado en el ganado. Este medicamento envenenó masivamente a los buitres. ¿Qué consecuencias tuvo?

El diclofenaco casi ha exterminado a los buitres en India

Al desaparecer prácticamente los buitres, las carroñas fueron aprovechadas por perros asilvestrados y vagabundos, y por las ratas. Como consecuencia del aumento de población de estos animales, en India se dispararon los casos de rabia y de peste, además del ántrax. Por otro lado, al aumentar la población de perros asilvestrados, los acercamientos de leopardos a asentamientos humanos en busca de perros para depredar llevaron a un aumento de incidentes con humanos. Fíjate cómo una cadena se rompe cuando desaparece su eslabón más importante. El diclofenaco fue prohibido finalmente en 2006, aunque se sigue vendiendo en el mercado negro. Confiemos en que los buitres indios se recuperen y vuelvan a restablecer el equilibrio.

Por su parte, en Alemania, donde los buitres fueron exterminados hace 200 años, se ha estudiado qué papel hacen los otros carroñeros que ahora mismo actúan: los cuervos y los zorros. Se ha llegado a la conclusión de que estos animales no se acercan ni de lejos a los servicios ecosistémicos que proporcionan los buitres.

Los descomponedores

Y llegamos ahora a los llamados «descomponedores». ¿Quiénes son? ¿en qué se diferencian de los carroñeros?

Cuando los carroñeros no hacen desaparecer por completo un cadáver, sus restos son «tratados» por los descomponedores, que son fundamentalmente hongos y bacterias. La diferencia en el papel de unos y otros es que, mientras los carroñeros mantienen los nutrientes provenientes de la carroña en circulación dentro de la cadena trófica, los descomponedores toman la materia orgánica y la descomponen en los componentes químicos básicos, que vuelven al suelo o a la atmósfera.

Es decir, mientras los carroñeros actúan a un nivel trófico, los descomponedores actúan al nivel molecular mediante enzimas que rompen la materia muerta y absorben los nutrientes resultantes, y «trabajan» integrados en ciclos planetarios. Voy a ponerte dos ejemplos: el Ciclo del Nitrógeno y el Ciclo del Carbono.

Ciclo del Nitrógeno

El nitrógeno es esencial para la vida porque es usado por plantas y animales para la fabricación de proteínas. El nitrógeno es absorbido por los seres vivos en forma de nitratos (NO3) que, mediante la asimilación metabólica, se transforman en aminoácidos.

Ciclo del nitrógeno (Wikiwand.com)

Las plantas no pueden absorber directamente el nitrógeno atmosférico (N2), y necesitan que esté disponible en forma de ion amonio (NH4 +), o bien en la forma de nitrato que te comenté. Son los descomponedores los encargados de hacer esta transformación. Y más concretamente son las llamadas «bacterias fijadoras de nitrógeno», que toman el nitrógeno que forma parte de la materia orgánica muerta, y la transforma en amonio al igual que, por su parte, hacen los hongos saprófitos.

Algunas bacterias como Rhizobium viven en simbiosis con ciertas plantas en nódulos de sus raíces, y el nitrógeno que fijan es consumido directamente por estas plantas.

A partir del amonio generado por el proceso de amonificación, otro grupo de bacterias, llamadas nitrificantes, transforman ese amonio en nitratos mediante una reacción de oxidación que libera energía. En este punto es fundamental la labor de oxigenación del suelo que realizan otras criaturas como las lombrices, lo que proporciona el combustible necesario para que estas bacterias hagan su trabajo.

Otro grupo de bacterias, mediante un proceso de desnitrificación, transforman parte de esos nitratos en nitrógeno gaseoso que vuelve, así, a la atmósfera.

El nitrógeno así fijado en el suelo mediante amonio y nitrato es absorbido por las plantas, que lo incorporan a la cadena alimentaria mediante su consumo por los herbívoros y de éstos por los carnívoros.

Si no existieran los descomponedores, tendríamos un océano muy rico en nitrógeno porque antes o después el ciclo hidrológico llevaría ese nitrógeno al mar, en lugar de almacenarse en tierra (fijación), y una tierra donde sería imposible la vida al no haber nitrógeno con el que construir proteínas.

Ciclo del Carbono

El carbono es un elemento fundamental en los seres vivos puesto que forma la base de los compuestos orgánicos. El ciclo biogeoquímico del carbono es mucho más complejo que el del nitrógeno, y en estos momentos se halla desequilibrado puesto que hay un exceso de carbono en la atmósfera en forma de dióxido de carbono (CO2), lo que provoca un calentamiento de la atmósfera mediante un efecto invernadero.

Ciclo del Carbono (UCAR Center for Science Education)

No es mi intención entrar en las causas de este desequilibrio. Desgraciadamente, las ideas políticas han entrado en un debate que debiera ser científico, y por eso me abstendré de dar aquí opinión alguna.


En lo que se refiere a los seres vivos, los organismos autótrofos (como las plantas) obtienen su carbono tomándolo directamente de la atmósfera en forma de CO2, mientras que los seres heterótrofos (o sea, los que necesitan alimentarse de otros organismos, como los animales) lo obtienen al consumir materia orgánica.

Parte de este carbono orgánico se libera de nuevo a la atmósfera a través de la respiración, pero otra parte de este carbono está almacenado en forma de cadáveres de seres vivos que, por circunstancias geoclimáticas, han sido preservados del proceso de descomposición, y es el origen de los famosos combustibles fósiles: el petróleo, el carbón y el gas natural.

En este sentido, las reacciones químicas provocadas por los organismos descomponedores a partir de la materia muerta suponen la liberación de una cierta cantidad de CO2 a la atmósfera, contribuyendo así a la recirculación del ciclo de Carbono.